Muchas
veces creemos que nuestras acciones positivas a veces son tan pequeñas que no
tienen sentido o no logran causar efectos en nosotros o en los seres que nos
rodean, pero es un gran error, ya que, por muy pequeña que sea una acción
de bien, es un granito de arena que aporta a subir el autoestima, a calmar
tristeza, a alegrar momentos, a contagiar de amor, de paz, incluso de
salvar vidas con tan solo un gesto amable, una acción de cariño, un elogio, o
una palabra bondadosa y de aliento.
Se
que cuando uno se propone a vivir una vida positiva, tanto en lo personal, como
en la ayuda a nuestros semejantes, se cruzarán muchas vallas que tratarán de
impedir continuar con los propósitos destinados, pero es ahí donde hay que
tener fortaleza y sabiduría. Que los logros espirituales, humanitarios y
personales tienen más efectividad y relevancia, cuando ayudamos al mundo que
nos rodea. La ignorancia y acciones negativas de los destructores, hay que
ignorarlas y dejarlas pasar como lo que son, acciones negativas y
dañinas que no nos puedan alcanzar, ni detener a seguir haciendo el bien.
En
tu corazón, sabes perfectamente qué está bien y qué está mal. Sabes qué es lo
que, en última instancia, te ayudará a progresar y qué te hará quedarte
estancado donde estás. Aunque puedas ser muy bueno racionalizando en contra de
una determinada verdad, ésta finalmente se hace evidente. Aunque algunos puedan
ser muy hábiles intentando desorientarte, tú sabes muy bien qué es lo mejor
para tu vida. Marcha de la mano con tu corazón. Escucha tu voz interior, esa
que tiene el mayor de los sentidos y que, mirando retrospectivamente, casi
siempre tiene razón. En un mundo en que el engaño es, demasiado a menudo, tan
sólo una estrategia más, desarrolla la costumbre de descubrir la verdad con tu
corazón y no tan sólo con tus ojos.
No importa quiénes quieran sacar partido de ello, el hecho es que quien ha conseguido llegar hasta donde ahora te encuentras eres tú. Y eres tú la persona mejor preparada para llevarte a ti mismo en la mejor dirección hacia el futuro. El valor de tu experiencia de vida no está sólo en tu mente, está enclavada en tu corazón. Observa el mundo con todo lo bueno que tienes contigo, y podrás verlo con muchísima claridad.
Porque
entre todos, somos el mundo…
Os dejo con otra historia, que simboliza metafóricamente el post. Espero que os guste.
¡Sí, Cambió Algo!
Un amigo nuestro iba caminando al
atardecer por una playa desértica.
Mientras caminaba, divisó a otro hombre a lo lejos. Al acercarse, notó que el lugareño se agachaba constantemente, recogía algo y lo arrojaba al agua.
Mientras caminaba, divisó a otro hombre a lo lejos. Al acercarse, notó que el lugareño se agachaba constantemente, recogía algo y lo arrojaba al agua.
Una y otra vez lanzaba cosas al
océano. Cuando nuestro amigo se acercó más todavía, vio que el hombre recogía
estrellas de mar que se habían clavado en la playa y una por vez, las iba
devolviendo al agua.
Nuestro amigo se sintió confundido.
Se acercó y dijo:
- Buenas noches, amigo. Me pregunto
qué está haciendo.
- Devuelvo estas estrellas de mar al
océano. Ve, en este momento, la marea está baja y todas estas estrellas
quedaron en la costa. Si no las echo nuevamente al mar, se mueren aquí por
falta de oxígeno.
- Ya entiendo- respondió mi amigo
-pero ha de haber miles de estrellas de mar en esta playa.
Es imposible agarrarlas a todas. Son
demasiadas. Además, seguramente esto pasa en cientos de playas a lo largo de
toda la costa. No se da cuenta que no cambia nada.
El lugareño sonrió, se agachó,
levantó otra estrella de mar para arrojarla de nuevo al mar y respondió: -
¡Para ésta, sí cambió algo!
Jack
Canfield y Merck V. Hansen
Jesús Merino García