¿Qué
tal engañar a la tristeza y sonreír como un niño con un juguete nuevo? ¿Qué tal
llamar a esa persona con la que hace mucho tiempo no conversas y sentir que
ella sólo estaba esperando tu "hola" para eliminar las tristezas? ¿Qué
tal en algún momento dar una carcajada y salir contagiando a todos con tu buen
humor? ¿Qué tal si dejas todo lo malo, olvidas las penas, las frustraciones que
te hieren, que te dejan triste, aquello que hiciste y te arrepientes?
Olvida
ese momento de falta de ánimo, de desilusión en el amor, las dificultades para relacionarte,
del miedo a salir a la calle, tu timidez, tu inseguridad, la obsesión... Quédate
en quietud, no hagas ningún ruido, oye el sonido del mundo, oye a tu ángel
gritando palabras dulces de amor, de ternura y de amistad. Oye a la vida
gritando dentro de ti, queriéndote ofrecer sólo lo mejor, aunque tu insistas en
sufrir, en creer en derrotas, en dolores, en heridas...
Aprovecha
este día como si fuese tu último día bajo el sol que insiste en brillar tras
cada tempestad, como si te estuviese diciendo siempre: ¿Ves como la vida es
bella? Es hoy y ningún minuto puede ser desperdiciado.
Corre
ahora detrás de los sueños que podrán hacerte feliz. No los transfieras... esa es TÚ
felicidad. La felicidad es TÚ
responsabilidad. ¡Hoy, ahora, en este momento! ¡TÚ mereces ser Feliz...!
Jesús Merino García
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